La intensa nevada caída sobre Tokio el 13 de diciembre de 1987 marcó la definición de campeón del mundo entre Porto y Peñarol en la Copa Intercontinental. Madjer provocó el 1-0 de Fernando Gomes al filo del descanso y, después del 1-1 de Ricardo Viera en la recta final del segundo tiempo, marcó el 2-1 en la prórroga. La primera Intercontinental azul y blanca; también la primera del fútbol portugués. Los Dragones coronaron la cima más alta rodeados de un buen manto blanco. Dragones de hielo.
Peñarol, como campeón de América, y Aston Villa, como campeón de Europa, se jugaron el trono mundial el 12 de diciembre de 1982 en el Olímpico de Tokio ante 62.000 espectadores. La extinta Copa Intercontinental. El conjunto uruguayo ganó 2-0 al Villa, con goles de Jair Gonçalves y de Walkir Silva, y entró directo en la historia. Pasó a ser el club que lideraba el palmarés de la competición, el único con tres Intercontinentales en ese momento. Peñarol se situó como el primer tricampeón mundial.