Mikel Lasa marcó el gol de su vida frente al Sevilla el 5 de febrero de 1995. Batió a Juan Carlos Unzué con un zurdazo desde 58 metros de distancia, más allá del centro del campo. El lateral izquierdo del Real Madrid robó un balón a Davor Šuker cerca del área madridista, avanzó esprintando por su carril y, viendo al portero del Sevilla adelantado, le sorprendió con un magistral disparo que voló directo a las redes de la portería hispalense. Un golazo memorable celebrado con pañuelos blancos.