El Sadar albergó su primer partido europeo de la historia frente al Glasgow Rangers en la vuelta de treintadosavos de la Copa de la UEFA 1985/86. Osasuna tenía un reto: remontar el 1-0 de Ibrox. El santuario pamplonés, con 25.596 hinchas apretados como sardinas, vivió lo que hasta entonces era desconocido y llevó en volandas a los de Ivan Brzić. Los novatos rojillos ganaron 2-0 con goles de Patxi Rípodas y Enrique Martin Monreal y eliminaron al afamado conjunto escocés. Chupinazo.