El Sporting de Gijón se proclamó, contra todo pronóstico, campeón del Ramón de Carranza de 1984. Y lo logró a lo grande, subiéndose a las barbas de los dominadores estatales. Ganó en la final al Athletic de Javier Clemente, campeón de las dos últimas Ligas y de la Copa del Rey, y en las semifinales al Barcelona de Terry Venables, futuro campeón de la Liga y subcampeón de la Copa de la Europa. Proeza rojiblanca.