La iluminación artificial revolucionó la industria del fútbol. Permitió que los partidos pudieran disputarse por la noche, lo que amplió las posibilidades de los aficionados que no podían asistir a los encuentros diurnos debido a sus trabajos u otras obligaciones. Además, fue clave para la creación de la mayor competición europea a nivel de clubes a mediados de los años cincuenta. La Copa de Europa, hoy Champions League.