Uno de los mejores partidos que se recuerdan, marcado por la terrible embestida de Toni Schumacher a Battiston. La República Federal de Alemania (RFA) se impuso 5-4 a la Francia de Platini en los penaltis, después de voltear un 1-3 a Les Bleus en una prórroga épica.
Ferenc Puskas, capitán de Hungría, y Fritz Walter, capitán de Alemania Occidental, encabezan la salida al terreno de juego de las dos selecciones finalistas de la Copa del Mundo de 1954. El pistoletazo de salida de una de las finales más simbólicas, conocida como el milagro de Berna. Ese 4 de julio de 1954, Alemania realizó lo que parecía imposible. Superó con una gran remontada a los magiares mágicos y lo hizo con la ayuda de la lluvia y de las botas de tacos intercambiables de Adidas.