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El fichaje de Iván Zamorano por el Sevilla

"Vicente Cantatore es la persona que más ha influido en mi fichaje. Por eso me decidí por el Sevilla en lugar del Bayern, Stuttgart y Lazio"

Mediados de agosto de 1990. Sevilla y St.Gallen habían llegado a un acuerdo para el pase de Iván Zamorano al conjunto hispalense y Marca entrevistó al delantero chileno. "Me llaman El Terrible porque, como dice la palabra, soy terrible dentro de la cancha. Tengo un fuerte carácter. Me gusta el área, juego siempre dentro de ella y remato bien de cabeza, esto último es lo más llamativo. El remate es un don que me ha dado Dios. Puedo llegar tan lejos como Hugo Sánchez. Sé que tengo condiciones, adquirí la madurez necesaria para lograr mis propósitos. No me asusta el reto de ser la esperanza del fútbol chileno y quiero confirmarlo en España. Esto es un sueño. Tengo una gran ilusión porque sé que triunfaré". Así se mostraba Zamorano a sus 23 años: personalidad tan arrolladora como sus míticos cabezazos. Descartó al Stuttgart, Lazio e incluso al Bayern de Múnich. Todo por Vicente Cantatore. El técnico argentino nacionalizado chileno, que entonces dirigía al Sevilla, fue la clave de la llegada de Bam Bam al Ramón Sánchez-Pizjuán: "Es la persona que más ha influido en mi fichaje. Hugo Rubio, compatriota y compañero mío en el St.Gallen, estuvo bajo sus órdenes y me ha hablado maravillas de Don Vicente. Lo he podido confirmar tras la conversación que sostuve con él hace muy pocas fechas. Me di cuenta de que es una gran persona. Por eso he elegido el Sevilla en lugar del Bayern, Stuttgart y Lazio" recalcó Zamorano, uno de los mejores estiletes de finales del siglo XX, uno de los mejores cabeceadores de todos los tiempos y uno de los futbolistas más grandes que ha dado Chile.

 

Marca destacó la agresividad, la velocidad, el oportunismo y el juego aéreo como las cualidades de la nueva cara nervionense. Ariete a la vieja usanza. Guerrero, peleón, siempre listo para cazar todos los balones. Disparo con ambas piernas. Especialista de testa a raíz de su tremendo salto sin ser torre. Pionero del cabezazo suspendido: mantenerse en el aire como un helicóptero, de ahí que también se le conociese como El Helicóptero, y soltar el latigazo de cabeza directo al fondo de las mallas. Todo esto lo aprendió en Chile y lo mejoró en Europa. Pero para situarse dentro del contexto de su fichaje por el Sevilla hay que empezar retrocediendo a 1987. El año que despegó El Helicóptero. En 1987 fue el máximo goleador del Cobresal, contribuyó de forma decisiva para que los Mineros ganaran la Copa de Chile y formó parte del combinado nacional chileno subcampeón de la Copa América. Una gran promesa había nacido.  

 

 

El Bolonia lo trajo a Europa en la temporada 1988/89, pero no llegó a jugar con los Rossoblù. Llegó acompañado de Hugo Rubio. Ambos delanteros, amigos y compañeros de la selección chilena. El Bolonia tenía cubieras dos de las tres plazas de extranjeros permitidas. Solo podía inscribir a uno y eligió a Hugo Rubio, más experimentado que el novel Zamorano. "Fui muy joven al Bolonia. Tenían tres extranjeros: Demol, Aaltonen y Hugo Rubio. Por ello pedí de inmediato mi cesión y he podido triunfar en Suiza". Gracias a su fortaleza mental, tuvo la capacidad de convertir en oportunidad la adversidad. Lo hizo más adelante pasando de descartado a Pichichi en el Real Madrid de Jorge Valdano campeón de la Liga 1994/95 y también entonces cambiando al Bolonia por el St.Gallen. El Espen le permitió asentarse en Europa y desde allí dio el salto a una de las principales ligas.

 

En Suiza se ganó el alias de Iván El Terrible, sacado por un periodista de allí, y fue el máximo anotador de la Swiss Super League en la 1989/90 (23 goles en 33 partidos), cuando fue adquirido en propiedad. Aquel St.Gallen 'chileno' tuvo a Bam Bam y a Hugo Rubio en punta (aquí sí jugaron juntos) y a Kurt Jara de entrenador, que así describió a su compatriota: "Zamorano está siempre al acecho. Tiene potencia y movilidad, además de ser bastante listo". En la misma línea se manifestó el director general del club, Rene Sidler: "Se trata de uno de los mejores delanteros que ha venido a Suiza. Aquí se ha despatado y tiene un gran porvenir. Nosotros hicimos un negocio redondo al ficharlo del Bolonia". Firmado por 500.000 dólares y vendido por 320 millones de pesetas. Fichaje más caro de la historia del Sevilla en ese momento.

 

 

"Se llama Iván Zamorano. Es el goleador que el Sevilla anda buscando"

 

Rosendo Cabezas, manager general del Sevilla, cerró la operación en Suiza y el delantero firmó por cuatro años. Así contó Marca el fichaje: "Se llama Iván Zamorano. Es chileno y jugaba en el St.Gallen. Es el goleador que el Sevilla anda buscando. Lo ha inscrito en la Copa de la UEFA. Del frío de Suiza al calor de Andalucía". El Sevilla 1990/91 se reforzó con Zamorano y Juan Carlos Unzué, y del filial subió Monchi. Con Zamorano la nómina de extranjeros ascendió a cuatro (Anton Polster, Pablo Bengoechea, Rinat Dassaev y Bam Bam) y la escuadra hispalense dio de baja a Dassaev porque, como en Italia, solo se permitían tres foráneos por equipo. El soviético continuó vinculado al club como entrenador de porteros. Zamorano, por su parte, entró con un rol importante como lo demuestra el hecho de que el Sevilla prescindiera del mejor portero del mundo de 1988. Vicente Cantatore, conocedor de la evolución y el potencial de Iván, insistió en traerlo. Le prometió la titularidad. Algo que, por ejemplo, el Bayern de Múnich no pudo garantizarle en principio. 

 

"Me consta que el Sevilla tiene un estadio lindo, una hinchada fanática y una ciudad muy hermosa. Además de poseer una plantilla con jugadores internacionales y un equipo que jugará la Copa de la UEFA". Zamorano sabía perfectamente lo que iba a encontrarse. En efecto, aquel Sevilla internacional aportó cinco mundialistas a Italia 1990: Rafa Paz, Manolo Jiménez, Bengoechea, Dassaev y Polster. Este último, por cierto, fue segundo en el Pichichi de la anterior Liga 1989/90 tras Hugo Sánchez (38 el méxicano, 33 Toni) y había expectación por ver a la dupla Polster-Zamorano. El recién llegado, de hecho, estaba deseando jugar al lado del austriaco: "Polster es uno de los mejores delanteros de Europa y formaremos un tándem terrible. Me encantaría que metamos un montón de goles en bien del Sevilla. Con él pienso ser uno de los mejores delanteros del fútbol europeo". Iván El Terrible, fichajazo del Sevilla.  

 

 

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