El fútbol total visto por su creador, Rinus Michels

Los principios del revolucionario estilo de Michels con ejemplos aplicados

Tras el campeonato del mundo de 1974, la FIFA se felicitaba por el nuevo rumbo que habían tomado las tácticas a través del fútbol total. El grupo de estudios integrados por Harry Cavan, Walter Winterbotton, José Bonetti, Dettmar Cramer, Vaclan Jira, Stefan Kovacs y René Courté elaboró un informe titulado Tendencias del Futuro: "Existen señales prometedoras de que el fútbol evoluciona hacia un estilo menos defensivo y más abierto. Hay una menor obsesión por las estrategias numeradas como 4-2-4 y 4-3-3 y otras parecidas. Un equipo moderno posee una columna vertebral bien constituida. Un buen portero, un líbero activo, dos centrocampistas capacitados y dos delanteros penetrantes. En torno a esta columna vertebral se sitúan los otros jugadores, respondiendo a los estímulos del juego y asegurando la transmisión de pases. Todos ellos están en condiciones de pensar y comportarse tan bien en defensa como en ataque". 

El entrenador neerlandés Rinus Michels puso en liza con un tremendo éxito el fútbol total, primero a través del Ajax de Ámsterdam y luego en la Selección de Países Bajos: "A finales de los años 60 surgió una nueva concepción de la estrategia. La interpretó estupendamente el Ajax, que se erigió en el equipo cumbre de Europa ganando tres Copas de Europa consecutivas en 1971, 1972 y 1973. Jugaba un fútbol netamente ofensivo, calificado como fútbol total. No fue fácil desarrollar esa nueva estrategia. Descansaba sobre estos principios": 

1) Movilidad constante de cada hombre. Con y sin balón. Tanto en el juego defensivo como en el de ataque. El empleo de esta estrategia, cambiando de posiciones continuamente de atrás hacia delante, y viceversa, se automatizó logrando una gran eficacia.

2) Unir y sincronizar todas las acciones, desde atrás hacia delante y al revés, para mantener un campo operacional reducido al mínimo. ¿Por qué?

a) Para ganar espacio hacia delante y forzar a los delanteros contrarios a regresar a sus líneas. 

b) Para conceder al adversario poco espacio para jugar libremente y favorecer, de esta manera, un marcaje más individual y eficaz en el centro del campo.

c) Para crear con este juego posicional en movimiento las mejores condiciones para mantener constantemente la iniciativa, que es la base del fútbol ofensivo. 

3) La trampa del fuera de juego. Salidas rápidas y masivas de la defensa, con los despejes largos y claros. Este en un sistema tan espectacular como arriesgado, ya que deja a los delanteros contrarios en constante fuera de juego, al tiempo que no permite a la defensa adversaria organizarse debidamente ante el peligroso alud que se le presenta. 

4) Ataque rápido y agresivo. Apurar al contrario, especialmente cuando se juega en casa, para obtener el mayor empuje ofensivo posible.

"He intentado desarrollar esta estrategia en todos mis equipos, siempre en función del adversario y de las alternativas del juego".

"El desconocido Ajax jugó en 1967 un partido contra el famoso Liverpool en la Copa de Europa. Los ingleses no estaban familiarizados con la estrategia que practicábamos. Les sorprendimos por nuestra agresividad en el centro del campo y por el ataque con mucha movilidad. Les ganamos por un sensacional 5-1. Dos semanas después, el equipo inglés nos esperaba en la vuelta sediento de venganza y excitado por una hinchada fanática. Entonces cambié el equipo. Para enfrentar el fútbol fuerza en Anfield sustituí el lateral derecho por un extremo experto en el remate de cabeza. Nuestras rápidas salidas rompieron la enorme presión del Liverpool. Al empatar 2-2 y eliminar al Liverpool, por primera vez un equipo neerlandés se encaramaba en el primer plano del fútbol europeo".

"Esta misma concepción táctica permitió que el FC Barcelona, después de muchos años de altibajos, se proclamase campeón de la Liga de la temporada 1973/74. La victoria por 0-5 sobre el Real Madrid en en Santiago Bernabéu fue el delirio. Además, el Barça alcanzó las semifinales de la Copa de Europa en la 1974/75".

"El equipo de Países Bajos dio una perfecta muestra del fútbol total: ataque rápido y agresivo, marcaje individualizado, continuos cambios de posición, apurar el juego en el centro del campo y subidas de la defensa. Este estilo asombró a millones de telespectadores. Claro que también tiene su punto débil: es un sistema arriesgado para la retaguardia. Se deja un espacio amplio entre la defensa propia y el portero, zona muy sensible por donde el contrario puede contraatacar. A veces se paga una pesada factura por ello. Eso nos ocurrió en la final de aquella Copa del Mundo. Muchos creían que después del 0-1 contra Alemania a los pocos minutos de comenzar, debíamos haber jugado con un fútbol defensivo. Para conservar aquella mínima ventaja quizás habría sido la mejor táctica, pero era ajeno a nuestro estilo. Seguimos jugando como en los otros partidos. Con el clásico riesgo, sin cerrar atrás. Es triste ver como el fútbol acentúa una tendencia que únicamente busca el resultado".