El récord de Just Fontaine

Just Fontaine es el jugador que más goles ha marcado en una sola edición de las Copa del Mundo. Anotó 13 con Francia en Suecia 1958 desglosados de la siguiente manera: tres a Paraguay, dos a Yugoslavia, uno a Escocia, dos a Irlanda del Norte, uno a Brasil y cuatro a Alemania. Fontaine, con la inestimable ayuda de Raymond Kopa, estableció su récord de goleador histórico y catapultó a Les Bleus a la tercera posición en el Mundial que vio nacer a Pelé.

Fontaine, nacido en Marrakech, empezó a jugar en los duros terrenos de juego de Marruecos. Allí perfeccionó su técnica y se marchó a Francia con 20 años en 1953. Jugó primero en el Niza y después en el Stade de Reims de Albert Batteux. El fútbol-champagne. Les rouges et blancs, gigantes en Francia y Europa por aquel entonces, venían de caer ante el Real Madrid en la final de la primera edición de la Copa de Europa. Kopa, que jugaba en el Reims, pasó al Madrid, lo que provocó la llegada de Fontaine como sustituto de El pequeño Napoleón. La marca de Fontaine en el Reims fue tan sorprendente como la del Mundial, ya que salió a casi un gol por partido (122 tantos en 131 encuentros).

La misma temporada del Mundial, Fontaine ganó la Ligue 1 y fue el máximo artillero del campeonato galo con 34 goles en 26 partidos, mejorando los 30 del curso anterior. Este intuitivo delantero, que manejaba con soltura el remate con ambas piernas, aprovechó su dulcísimo momento en el Mundial: "Aquel verano me sentía capaz de todo. Al llegar a Suecia pensé que para proclamarme goleador del Mundial tenía dos rivales: el brasileño Altafini y el alemán Rahn". Y resultó que no hubo rival. Pelé y Rahn, con 6 goles cada uno, quedaron a mucha distancia de los 13 de Monsieur Dynamite.  

Fontaine marcó 6 de sus 13 goles en la fase de grupos. "Ante Paraguay me convencí de que podía convertirme en el máximo goleador del Mundial. Aquella tarde marqué tres de los siete goles de mi equipo y a punto estuve de conseguir alguno más. En el siguiente partido, en el que perdimos ante Yugoslavia, conseguí dos goles. Ante Escocia, en el último partido de la fase de grupos, logré el tanto del triunfo. Después llegaron dos ante Irlanda del Norte en los cuartos, uno ante Brasil en las semifinales y cuatro ante Alemania en la definición del tercer y cuarto lugar: "No tuvimos dificultades para derrotar a los irlandeses, obtuve otros dos tantos que me afirmaron en la cabeza de los goleadores. Si bien ante Brasil encajamos una dura derrota, mi gol fue el primero que encajaron los brasileños en Suecia. Ante Alemania muy pocos creían que batiría el récord de Kocsis (11 goles, Suiza 1954). Para igualarlo tenía que marcar dos, pero estaba convencido que que no solo lo igualaría, sino que lo superaría. Cuando marqué el segundo sentí una emoción enorme, solo superada al conseguir aún otros dos que me convertían en el máximo goleador de la historia de los Mundiales". Los 13 goles suponen el tope en una Copa del Mundo. 

Por su parte, Miroslav Klose, Ronaldo Nazário y Gerd Müller lideran la clasificación de máximos realizadores de las Copas del Mundo. Just Fontaine es el cuarto. La diferencia estriba en que Klose precisó de cuatro Mundiales para sus 16 goles, O fenômeno de cuatro para sus 15, Torpedo Müller de dos para sus 15 y Fontaine, por el contrario, de uno para sus 13. ¿Era más sencillo marcar en los 50? "No era más fácil anotar en 1958. El estado del balón, la duración de los viajes entre un partido y otro y, por encima de todo, los árbitros ahora protegen mucho más a los delanteros que en mi época. 13 goles es un total enorme. No creo que se pueda lograr". 

La Francia de Kopa y Fontaine obtuvo un meritorio tercer lugar, registro igualado en 1986 por la Francia de Platini y solo superado por los dos títulos de campeones del mundo de la Francia de Zidane en 1998 y la Francia de Mbappé en 2018. La generación de Fontaine emergió como la sorpresa de 1958. De hecho, antes del torneo, el pesimismo era la tónica por los malos resultados. Pero el gran Mundial de Kopa y la irrupción de Fontaine convirtió a la escuadra Bleu en una candidata inesperada. El seleccionador Albert Batteux, que también era el técnico del Stade de Reims, trasladó el fútbol champagne al equipo nacional y formó una mítica delantera con Marcel, Piantoni, Kopa, Fontaine y Vincent, que se conocían a la perfección del Reims. Esta Francia ofensiva destacó, sobre todo, por su pegada. 26 goles en seis partidos, a una media abrumadora de casi cuatro dianas por encuentro. Fontaine marcó la mitad de esos 26, mientras la habilidad de Kopa asombró a todos. El Pequeño Napoleón y Fontaine formaron una sociedad brutal: "Just era el delantero que se adaptaba perfectamente a mi juego. Él percibía perfectamente lo que yo hacía, y yo estaba seguro de encontrarlo al otro lado de mis regates" explicó Kopa. Batteux liberó a Kopa de la banda, demarcación que venía ocupando en el Madrid, y le puso de director de orquesta, donde fue el emperador del Mundial. 

Por sus grandes actuaciones con Francia y con el Real Madrid (título de la Copa de Europa incluido), Raymond Kopa fue elegido Balón de Oro de 1958. El alemán Helmut Rahn quedó segundo y Just Fontaine tercero. Aunque no pudo superar a Kopa ni a Rahn, el de Marrakech subió al pódium de mejor futbolista europeo del año con estas credenciales: récord y máximo goleador del Mundial, máximo goleador de la liga francesa, tercero en el Mundial de Suecia y campeón de la Ligue 1 con el Stade Reims. Siempre en los albores de la historia.