El diario que el capitán de Brasil escribió durante el Mundial de 1982 y que luego reprodujo la revista Placar
El diario que el Doctor Sócrates, capitán de la selección brasileña, escribió durante España 1982 y que luego reprodujo la revista Placar. El Mundial contado desde dentro. Anécdotas, confesiones y una tremenda decepción final.
14 de junio
"Hoy es el día del primer partido y hay confianza. Siempre me levanto a las 10:00 h. y tomo el primer café del día. Estoy leyéndome Fiesta, un magnífico libro de Ernest Hemingway. A las 16:00 h. tuvimos la charla con el seleccionador Telê Santana. A las 19:00 h. hicimos el trayecto en autobús hasta el estadio, acompañados de samba y de brasileños que nos apoyaron en el camino. El partido contra la Unión Soviética fue muy difícil. Al descanso perdíamos y nos animamos. ¡Marqué gol! Lo celebré corriendo como un loco y en la grada vi una bandera corinthiana. De vuelta al hotel cenamos paella y tomamos cerveza. No hicimos fiesta para celebrar la victoria ante la URSS (2-1) por las lesiones de Zico y Serginho.
16 de junio
"Es un día muy feliz para el mundo. Ya ha terminado la Guerra de las Malvinas. Los hombres de bien no queremos ver morir a más personas de bien. Las guerras no tienen ningún sentido".
17 de junio
"Más importante que el fútbol y el Mundial es mi hijo Rodrigo. Hoy cumple 7 años. Solo espero no perderme ningún aniversario más junto a él. Al menos, hemos hablado por teléfono. Le he felicitado y he comprobado que poco a poco va adquiriendo su propia personalidad".
18 de junio
"Ganamos sin problemas a Escocia (4-1). Cuando vi que repetíamos la alineación de los amistosos de Uberlândia supe que íbamos a ganar. Me dije a mí mismo: 'Ciao, ciao, Escocia'. Me tocó pasar por el control antidoping, me bebí cerveza. Cuando llegamos al hotel me hice unas cuantas más, ya que estábamos clasificados. Calculo que cayeron unas diez. Nos espera la segunda fase del Mundial en Barcelona".
26 de junio
"Estamos bien alojados en Carmona (Sevilla). Aunque a decir verdad, al estar fuera de casa, el hotel me da igual, sea el que sea. Como el siguiente partido queda lejos entrenamos en dos turnos".
28 de junio
"Aumenta la impaciencia y la ansiedad: pasan los días y aún queda para nuestro partido ante Argentina (2 de julio). Por la mañana entrenamos y por la tarde jugamos a tenis por parejas. Falcão y Juninho no pudieron contra el buen juego mío y de Edinho. Les ganamos 6-2 el primer set y les estábamos arrasando en el segundo, cuando el doctor nos mando a las habitaciones a hacer la siesta. Por la noche fuimos al Camp Nou a ver el Polonia-Bélgica".
29 de junio
"Hoy es un día especial. Hoy Júnior cumple 28 años. ¡Felicidades! Hemos visto el Italia-Argentina (2-1) por la televisión. Han ganado los italianos y se ha confirmado una intuición que tengo sobre ellos. Van a ser un rival muy duro para nosotros en el último partido".
1 de julio
"¡Por fin julio! El mes para el que llevamos preparándonos desde hace más de 90 días. Estamos muy animados porque el presidente Giulite Coutinho (de la Confederación Brasileña de Fútbol) nos ha comunicado el regalo de un videocasete Sharp para cada jugador".
2 de julio
"Hoy he recibido un telegrama que transmití enseguida a mis compañeros de la selección brasileña: 'Estoy mejor. Hoy voy a animarlos a gritos. Mucha Suerte. Careca.' ¿Qué mejor estímulo antes de enfrentarse a Argentina (ganó Brasil 1-3) que éste?". Careca, a sus 21 años, era titular en la Canarinha de Telê Santana. Pero una lesión le apartó del Mundial.
5 de julio
"Llegué al Estadio de Sarrià confiado en nuestras posibilidades. Tenía la certeza de que nuestra Selección era la mejor del mundo. Ese era el pensamiento que teníamos en la concentración por la mañana. Italia sería un rival que se metería atrás y que saldría al contragolpe. Hemos perdido (3-2 ganó la Azzurra en un espectacular partido). Así el el fútbol, pero me da la impresión de que hemos jugado el mejor fútbol del torneo. Estoy profundamente triste. No tengo fuerzas ni para escribir, pero quiero expresar, en mi última página de este diario, mis sentimientos. Es la mayor frustración de mi vida. Albergaba tantas esperanzas de conquistar la Copa del Mundo...".
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