Rusia endosó un 6-1 a Camerún en la última jornada de la fase de grupos del Mundial de Estados Unidos. Pese a la sonada goleada, los de Pável Sadyrin quedaron eliminados. Y también los Leones Indomables dijeron adiós a la Copa del Mundo. No obstante, este partido siempre será recordado por los increíbles récords que establecieron Roger Milla y Oleg Salenko bajo el calor californiano.
Milla, el goleador más veterano
Roger Milla, mito de Camerún, fue elegido mejor jugador africano de todos los tiempos. Jugó más allá de los 40 años, triunfó en distintos equipos de la liga francesa y se inmortalizó en las tres Copas del Mundo que disputó en 1982, 1990 y 1994. En especial, en estas dos últimas con 38 y 42 años. "Tenía una vida sana y descansaba mucho. Nunca hice nada que pudiera perjudicar mi condición física. En los últimos Mundiales tenía claro que técnicamente todavía era bueno, pero físicamente no podía soportar un partido entero. Pero contaba con la experiencia para ubicarme en posiciones de gol. Me fue bien, sobre todo en Italia 1990" declaró Milla. Los dos goles a Higuita (dejaron a Camerún como la primera selección de África que accedió a los cuartos de final de una Copa del Mundo) y los bailes en el banderín de córner forman parte del mítico repertorio de Milla en el Mundial de 1990.
Los Leones Indomables, en 1994, no pudieron repetir la hazaña de cuatro años atrás, cuando casi llegaron a las semifinales. En esta ocasión, empataron ante Suecia (2-2), cayeron ante Brasil (3-0) y perdieron sus escasas opciones tras caer de forma estrepitosa ante Rusia en la última jornada de la fase de grupos. Roger Milla, que jugó unos minutos ante Brasil, salió tras el descanso frente a Rusia en sustitución de Mfede. El Viejo León solo tardó un minuto en alcanzar un récord que aún perdura en su poder. El gol a Cherchesov en el minuto 46 le sitúa como el goleador de más edad de los Mundiales. Lo logró con 42 años y 39 días. Aunque Milla ya salió con 3-0 y no pudo evitar el 6-1 posterior, se mostró feliz y se reivindicó ante los que no entendían su presencia: "No sirvió de mucho porque nos golearon, pero estaba muy feliz. Me permitió demostrarle a todos aquellos que dudaban de mí que, a pesar de mi edad, seguía haciendo grandes cosas. Es un récord admirable". El broche de oro a una carrera longeva y exitosa. El camerunés, por cierto, se superó a sí mismo como el goleador más veterano de un Mundial. Tenía el récord de 38 años en Italia 1990 y lo amplió a 42 años en Estados Unidos 1994.
Milla también alcanzó la marca de futbolista de más edad en disputar una Copa del Mundo en 1994. Sin embargo, aquí le superaron posteriormente dos porteros: el colombiano Faryd Mondrágon (43 años y 13 días) en Brasil 2014 y el actual poseedor de este récord, el egipcio Essam El Hadary (45 años y 161 días) en Rusia 2018. Roger Milla, en definitiva, cambió la historia de todo un continente.
Salenko, cinco goles en un partido
El de Estados Unidos fue el único Mundial que disputó Oleg Salenko. Este le llegó en el cénit de su carrera, con 24 años, después de completar la temporada de su vida en el Logroñés. Los 21 goles que anotó con los riojanos en la 1993/94 le abrieron dos puertas: la convocatoria para la Copa del Mundo y el fichaje por el Valencia (se cerró dos meses antes del Mundial). Los prometedores inicios del delantero –con la Bota del Mundial Sub-20 de 1989– se reafirmaron en Estados Unidos. Por todo lo alto, además.
Sin embargo, el enfrentarse a la campeona y a la tercera y las disputas internas entre algunos jugadores y el seleccionador influyeron en la temprana eliminación rusa. Que Salenko acabase como Bota de Oro junto a Hristo Stoichkov (ambos lograron 6 goles) tampoco fue suficiente para clasificarse. El Sbornaya cayó derrotado ante Brasil (2-0) y Suecia (3-1), lo que le dejaba a expensas de una goleada ante Camerún. Salenko, que vivió el Mundial como compañero de habitación de Radchenko, jugó los tres partidos que disputó Rusia. Empezó ante Brasil en el banquillo y salió en la segunda parte por Yuran, sin que pudiera reducir diferencias. Después entró como titular ante Suecia y marcó, de penalti, el gol ruso. Salenko repitió, por último, de inicio ante Camerún. Su inspiración guio una gesta que se quedó a medias por el empate entre Brasil y Suecia, que dejó eliminada a Rusia. Eso sí, ese 28 de junio de 1994, Salenko escribió su nombre en el Libro Guinness.
El delantero de San Petersburgo completó ante Camerún una proeza sin precedente alguno. Marcó cinco goles a Songo'o. Sí, cinco. Salenko es el único jugador de la historia que ha marcado un repóker en un partido de la Copa del Mundo. Nadie lo había conseguido antes. Ni después. El punta completó su heroicidad en una hora, del minuto 15 al 75. El ruso-ucraniano confesó que la noche antes del partido tuvo una premonición: "Soñé que iba a marcar muchos goles. ¡Pero no pensaba que fuese a conseguir cinco!". Salenko, por cierto, ya logró antes esta borrachera de tantos en un partido: "Había marcado cinco goles más de una vez a lo largo de mi carrera en Kiev y San Petersburgo".
Hasta el repóker de Salenko, seis jugadores habían anotado cuatro goles en un partido mundialista: el polaco Ernst Wilimowski (1938) a Brasil, el brasileño Ademir (1950) a Suecia, el húngaro Sándor Kocsis (1954) a Alemania, el francés Just Fontaine (1958) a Alemania, el portugués Eusébio (1966) a Corea del Norte y el español Emilio Butragueño (1986) a Dinamarca. Salenko les superó y el récord sigue siendo suyo.
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