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El gol de Bakero al Kaiserslautern

Era casi el minuto 90 en el Fritz-Walter Stadion. El FC Barcelona estaba a punto de sufrir otra tragedia en la Copa de Europa. El Kaiserslautern había remontado el 2-0 del Camp Nou y vencía 3-0 al Barça. Los dos goles del bosnio Demir Hotić en dos saques de esquina y el tanto del danés Bjarne Goldbæk al contraataque pusieron un 3-2 momentáneo a favor de los alemanes que dejaba al Dream Team de Johan Cruyff a un paso de caer en los octavos de final. 

 

Es difícil imaginar como dos equipos pueden cambiar tanto de un choque a otro, pero este es uno de esos casos. En el Camp Nou el Barcelona superó claramente a los Karl-Heinz Feldkamp con un doblete de Txiki Begiristain. Por el contrario, en el Fritz-Walter, el Kaiserslautern hizo pasar al Dream Team una de sus noches europeas más complicada. El fútbol físico teutón tenía a la escuadra blaugrana noqueada. Sin aparente capacidad de respuesta. Pero Cruyff, además de introducir un estilo de juego único, insufló su propia mentalidad ganadora y abolió el derrotismo. Los jugadores, en una situación tan límite, creyeron hasta el final. Se agarraron con firmeza a un hilo de esperanza para salir con vida de la caldera alemana. Este último cartucho llegó a balón parado, en la falta que Ronald Koeman iba a botar en tres cuartos de cancha. Demasiado alejada del área para el lanzamiento a puerta. Al neerlandés le tocaba colgarla al área y sabía a quién debía de buscar para el remate. 

 

La cabeza de oro de Bakero

Koeman colgó el balón al vértice izquierdo del área pequeña, donde esperaba el centro un vasco de 1,72 metros de estatura. José Mari Bakero. El ejemplo de como una musculatura trabajada convierte a un futbolista de baja estatura en un experto cabeceador. ¿Cuál era el secreto del ex de la Real Sociedad? En primer lugar, el potente tren inferior para alcanzar un salto considerable y, en segundo lugar, el violento giro de cuello para conectar el preciso remate de testa. Así es como el vasco se apuntó tantos goles, incluido este tan simbólico. Esta es la secuencia del tanto: Bakero recibió de Koeman, se elevó ante Markus Kranz y Uwe Scherr y batió a Gerald Ehrmann de cabezazo inapelable casi sin ángulo, tal y como se aprecia en el vídeo. El gol que rescató al Barcelona de la pesadilla en el minuto 90. El 3-1 salvador. La jugada, por cierto, no estaba ensayada. Nació de la inspiraciónLa prensa habló de milagro. Para Bakero, sin embargo, no hubo milagro, sino trabajo. 

 

El gol de Bakero echó al traste la gesta de los de Feldkamp. Pero ello no desanimó a un equipo que jamás bajó los brazos. Ni después del 3-1. El Kaiseslautern luchó hasta el final y aún tuvo una ocasión para el 4-1, resultado que le clasificaba. Andoni Zubizarreta, el otro héroe de la noche, sacó el remate de cabeza de Hotić. Los de Cruyff solo respiraron al final de un partido no apto para cardíacos. Ahí todo ya era felicidad al seguir adelante. Kaiserslautern reforzó al Dream Team de cara al asalto final por la Copa de Europa

Del Fritz-Walter a Wembley

Los ochos equipos supervivientes se enfrentaron en varias liguillas para dilucidar a los dos finalistas. Se formaron dos grupos, A y B, con cuatro conjuntos en cada uno. Los primeros de los grupos A y B accederían a la final. De esta forma, Sampdoria y Barcelona se citaron en Wembley. El conjunto italiano superó a Estrella Roja, Anderlecht y Panathinaikos. El Barça, por su parte, quedó delante de Sparta de Praga, Benfica y Dinamo de KievLos culers aprendieron la lección de Kaiserslautern y solo cedieron una derrota ante el Sparta de Praga en el Letná Stadion y un empate ante el Benfica en Da Luz. El resto, todo victorias. El Dream Team sacó su billete para Wembley a partir de la solidez en el Camp Nou, donde ganó todos los encuentros que disputó en esta edición de la Copa de Europa

 

El Barcelona, además de a la Sampdoria de Vujadin Boškov, también se enfrentó a la propia historia en Wembley. A las pesadillas que le persiguieron a raíz de las dos finales de la Copa de Europa que perdió: los postes cuadrados ante el Benfica en 1961 y los penaltis ante el Steaua de Bucarest en 1986. Sin embargo, ese 20 de mayo de 1992 se marcharon los males del pasado y se instalaron los cimientos del futuro. El Barcelona ganó 1-0 a la Sampdoria con el obús de falta de Koeman en la segunda parte de la prórroga. El Barça sintió, al fin, lo que significaba ser campeón de la Copa de Europa. Sobre José Ramón Alexanko, como capitán, recayó el honor de levantar la primera. El momento tan soñado por generaciones enteras de culers. Todo ello, claro está, dio mayor valor a la cabeza de oro de Bakero. Sin ese testarazo sobre la bocina (del posible KO a la épica clasificación) hubiese sido imposible lo de Wembley. Bakero, Kaiserslautern, Fritz-Walter: culto a la primera Copa de Europa del Barça. 

 

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