Francia ganaba 1-3 en la prórroga; Alemania empató a tres goles y se clasificó para la final en los penaltis
El Ramón Sánchez-Pizjuán vivió uno de los mejores partidos que se recuerdan, marcado por la terrible embestida de Schumacher a Battiston. La República Federal de Alemania (RFA) se impuso a la Francia de Platini en los penaltis (5-4), después de voltear un 1-3 a Les Bleus en una prórroga épica. Littbarski y Platini firmaron las tablas durante los noventa minutos. En el tiempo suplementario, Trésor y Giresse acercaron a una gran Francia a su primera final. La RFA, herida de muerte, rescató entonces el espíritu del Milagro de Berna y sumó otra hazaña con Rummenigge como revulsivo. El del Bayern, lesionado, y Fischer igualaron los dos goles en contra y dejaron los designios del destino a los penaltis. Hrubesch y Schumacher remataron la faena y Alemania se clasificó para la final del Mundial de España 1982. Francia, fiel a su estilo ofensivo incluso con 1-3, se quedó sin premio y sin Battiston, directo al hospital por la terrible patada voladora que le propinó el meta Schumacher en una salida desmedida. Battiston abandonó el campo inconsciente y el colegiado Charles Cover no sancionó la jugada ni tampoco al portero alemán...
Los cuatro dieces de Francia
Michel Hidalgo colocó a la selección francesa entre las cuatro mejores del mundo. El técnico lo logró mezclando varias generaciones de calidad. Tigana, Amorós, Genghini y Soler se unieron a Platini, Trésor, Rocheteau, Janvion, Six, Bossis y Lacombe, integrantes de la Francia del Mundial de 1978. Hidalgo encontró su versión más espectácular de juego en el Mundial de 1982 y alcanzó el tope con la consecución de la Eurocopa de 1984 ante España en el Parque de los Príncipes. Además de ello, Francia y Bélgica acabaron con el ciclo de Países Bajos (finalista de los Mundiales de 1974 y 1978) en la clasificación para España 1982. Ahí estuvo el primer gran triunfo antes del cuarto puesto en la cita española (el mejor resultado desde el tercer puesto de la Francia de Fontaine y Kopa en 1958).
Francia se mostró de menos a más en España. Empezó con derrota ante Inglaterra (3-1) y se clasificó con apuros para la segunda fase. Las críticas se cernieron sobre Platini, al que Hidalgo protegió en los momentos delicados: "El juego de Michel no resulta incompatible ni molesto para sus compañeros, pero hemos de corregir la coordinación entre todos los hombres". Francia mejoró cuando Platini encontró su mejor versión y cuando Hidalgo metió a cuatro centrocampistas con la inclusión de Tigana. Platini, Giresse, Tigana y Genghini dieron un toque único y creativo. Tanto es así que Francia se ganó los elogios por su propuesta y compartió con Brasil la distinción a la más vistosa de la competición. "Antes del campeonato nadie contaba con nuestras estrellas. Solo se conocía a Platini. Ahora se han revalorizado todos los jugadores de nuestro equipo. Si mantenemos este nivel no descarto la final" reiteró Hidalgo antes de medirse a Alemania.
Lesiones y disputas en Alemania
Por su parte, la vigente campeona de la Eurocopa de 1980 partía como una firme candidata al cetro mundial. Llegó a España con los aires un tanto subidos y recibió una cura de humildad de Argelia en el debut. Los Zorros del Desierto vencieron 2-1 a Alemania Federal y a Jupp Derwall se le atragantó lo que dijo: "Si perdemos ante Argelia yo mismo compro el billete de avión y me vuelvo inmediatamente a Alemania". Aunque Die Maanschaft se recuperó, dejó más dudas que certezas, pese a la victoria ante España (2-1) en la segunda fase. En cualquier caso, la RFA se granjeó el papel de villano por la agresión de Toni Schumacher a Battiston y por el bochornoso Alemania 1-0 Austria (el pacto de no agresión que clasificó a las selecciones germánicas y dejó fuera a Argelia en la última jornada de la primera fase).
Alemania Federal también arrastraba otros hándicaps: jugadores importantes lesionados (Rummenigge y Hansi Müller) y ambiente poco propicio para una cita de estas características. Se produjeron desavenencias entre Bernd Schuster y otro grupo de internacionales comandado por Paul Breitner. Schuster se perdió el Mundial por lesión y las dispustas cesaron. Solo para continuar en plena Copa del Mundo. Por un lado, los partidarios de Hrubesch o de Fischer para el puesto de delantero centro y, por otro lado, el escaso feeling entre algunos jugadores y el seleccionador. Reinders realizó unas declaraciones incendiarias sobre Jupp Derwall: "En mi equipo no entrenaría ni en los juveniles". También Hrubesch expresó su malestar por no ir convocado ante Inglaterra. Calificó a Jupp de cobarde por no notificárselo en persona.
El encaje de bolillos de Derwall
Polémica a parte, tanto Derwall como Hidalgo propiciaron que se viera uno de los mejores partidos de la historia de los Mundiales. El galo optó por proponer en lugar de contrarrestar: "Queremos ofrecer un buen espectáculo. Aunque los alemanes son fuertes, no pensamos oponer fuerza con fuerza, sino habilidad, inteligencia y algo de astucia". Técnica frente potencia. Hidalgo juntó a Platini, Giresse, Tigana y Genghini, cuatro dieces, en un once sin medio defensivo y delantero centro. Rocheteau, el más adelantado, era extremo. El marsellés alineó a Ettori; Bossis, Janvion, Trésor, Amorós; Genghini, Giresse; Tigana, Platini, Six; y Rocheteau.
Jupp Derwall realizó malabares para disponer de un equipo en condiciones: "Francia tiene un buen centro del campo y unos delanteros peligrosos, pero lo que más me preocupa es el estado físico de mis jugadores. Tengo demasiados lesionados y enfermos". Jupp contó con las bajas de Hansi Müller y Reinders y prescindió de Rummenigge de inicio, también lesionado. Por si fuera poco, Kaltz, Briegel y Fischer arrastraban problemas instestinales; pero gracias a una dieta estricta estuvieron en la alineación. La RFA salió con Schumacher; Kaltz, Karl-Heinz Förster, Stielike, Bernd Förster, Briegel; Dremmler, Breitner; Littbarski, Fischer y Magath. De nuevo Fischer por delante de Hrubesch. Por su parte, Stielike ejerció como último hombre en la defensa de tres centrales y Breiner, que actuó por dentro, oxigenó el centro del campo con su despliegue físico.
Goles y suspense
Alemania Federal salió con personalidad y arrinconó a Francia en los primeros compases. Justo cuando Les Bleus rompieron la presión germana, llegó el gol de la RFA en el minuto 18. Breitner sorteó la entrada a ras de suelo de Six, avanzó y asistió entre líneas a Fischer; Ettori salió y neutralizó el disparo de Fischer, Littbarski recogió el rechace y abrió el marcador de disparo raso. No fue casualidad que Littbarski marcara. El extremo de 22 años, Fischer y Briegel fueron un dolor de muelas para la retaguardia del Gallo. No obstante, Francia siguió con su plan y encontró la réplica pronto, en el minuto 27. Platini transformó un penalti cometido por Bernd Förster sobre Rocheteau e igualó las fuerzas.
Ya no hubo más goles durante los 90 minutos, sorprendente teniendo en cuenta las ocasiones claras en ambas porterías. A falta de goles –caerían en cascada en la prórroga–, las pulsaciones aumentaron por el juego brusco: Genghini y Bernd Förster vieron sendas tarjetas amarillas por duras entradas a Kaltz y Rocheteau. Fue un partido intenso, de corte duro. Alemania por delante de Francia en este sentido y de ello se lamentó Michel Hidalgo, como veremos en la prórroga. Toni Schumacher se sintió cómodo en este ambiente: tuvo varios rifi rafes con Amorós y Six y simuló lanzar un balón a la grada de aficionados franceses de detrás de su portería. El preludio de lo que vendría con Battiston.
La patada voladora de Schumacher a Battiston
Tras el descanso, Francia acumuló minutos de calidad. Platini, Giresse y Tigana dominaron la zona central y contaron con la ayuda de Trésor, cuyas subidas de la defensa al ataque creaban superioridad numérica. Pases al primer toque, cambios de juego, centros... Tanto mérito el buen juego francés como la sólida defensa germana. Stielike y los hermanos Förster sostuvieron a la RFA en sus momentos más delicados hasta la prórroga.
Cuando Francia olía el gol llegó la patada voladora de Harald Toni Schumacher a Patrick Battiston en el 62'. Platini dejó solo a Battiston con un sublime pase a la espalda de la defensa alemana. El central remató (su disparo salió fuera), Schumacher salió de su portería de forma brutal a por el balón y se llevó por delante al del Saint-Étienne. Battiston perdió el conocimiento y abandonó el Sánchez Pizjuán en camilla. Acabó en el hospital con una fuerte conmoción cerebral, la clavícula fracturada y dos dientes rotos.
El neerlandés Corver ni señaló penalti ni expulsó al portero. Decretó saque de puerta. Increíble. Otro detalle esperpéntico: mientras Battiston permaneció tendido en el suelo durante tres angustiosos minutos, Toni se mantuvo impérterrito dando toques a la pelota. Sin llegar a interesarse por el estado del francés. Este es el testimonio del portero: “Pensé que llegaba al balón, pero Battiston llegó un segundo antes. Salté sin saber dónde estaba el balón, con las rodillas de frente, pero me giré y le di con la cadera. Volvería a hacer lo mismo. Sí cambiaría lo que hice mientras Patrick estaba tumbado inconsciente. Volví a mi portería y jugué con el balón porque tenía miedo". Y este, el de Battiston: "Platini me pasó el balón y me quedé solo. De repente veo algo que se acerca contra mí. De ahí en adelante ya no me acuerdo de nada". Battiston, que tardó seis en volver a jugar, perdonó a Schumacher en un encuentro personal que ambos mantuvieron.
No hay tregua
La violenta entrada de Schumacher a Battiston cambió el guión y equilibró de nuevo la semifinal. Frenó el dominio de Les Bleus y reactivó a la RFA. El combinado galo, además, agotó los dos cambios y acabó fundido: "Cuando vimos que Breitner estaba demasiado suelto sacamos a Battiston. Cuando Patrick fue sacado en camilla puse a L´ópez en la misma misión" desveló Michel Hidalgo. Por su parte, Jupp Derwall, que se llevó los halagos por el acierto en las sustituciones, movió banquillo por primera vez. Entró Hrubesch por un intrascendente Magath. El gigante Hrubesch se situó en punta y Fischer pasó a la banda izquierda.
Para entonces, el ida y vuelta se instaló hasta las últimas consecuencias. Tanto Alemania Federal como Francia dispusieron de ocasiones claras para obtener el pase a la final en los últimos minutos. Ocasiones de todo tipo, entre las que destacan un obús lejano de Amorós que rechazó el larguero y paradas decisivas de Schumacher a Six y de Ettori a Briegel y Breitner. Del disparo al poste de Amorós a la intervención decisiva de Ettori en el remate de Breitner y el posterior despeje de puños del meta francés cuando Fischer ya cazaba el rechace. Estas dos últimas ocasiones transcurrieron en el 90'. Lo cerca que estuvo de evitarse una prórroga formidable, bajo el calor sevillano de julio en el Sánchez Pizjuán.
De la gloria a la debacle
A Francia le quedaba una bombona de oxígeno y la gastó en la primera parte de la prórroga. Los golazos de Trésor en el 92' y Giresse en el 98' dejaban a tiro la primera final para Les Bleus. Trésor, libre de marca, empalmó al fondo de las mallas una falta lateral botada por Giresse desde la derecha. Giresse, por su parte, finalizó una jugada elaborada entre Rocheteau, Platini, Six y el propio Giresse. Este último gol, de hecho, define el estilo de pases cortos de esta romántica Francia, fiel a sus principios hasta en una situación tan ventajosa.
La posterior derrota se explica a partir del cansancio y de la arraigada fidelidad a la propuesta. Con 1-3 lo sencillo hubiese sido encerrarse y perder todo el tiempo posible. Francia, sin embargo, jamás renunció a sus ideales. No estaba concebida para especular con el resultado. El romanticismo le hizo tocar el cielo y le bajó al suelo, todo ello en un desenlace final imprevisible y emocionante a más no poder. Por otro lado, también pesaron la factura del juego duro y de la fatiga. La gasolina, en cualquier caso, se acabó en la segunda mitad, tal y como reconoció Michel Hidalgo: "En la segunda parte de la prórroga mis jugadores no pudieron dar más de sí de lo que dieron. Estaban prácticamente molidos. Habían recibido demasiados golpes y nada pudieron hacer frente a la dureza de los alemanes". La sustitución forzosa de Battiston dejó a Francia sin el cambio que hubiese dado energía extra en el tiempo suplementario.
Derwall le vio las orejas al lobo y utilizó en la prórroga el as que tenía en la manga. Rummenigge. "Al estar lesionado, no podía ser utilizado durante mucho tiempo. Solo por esta razón no apareció antes" declaró el seleccionador. Rummenigge salió desde el banquillo y guió a la RFA a la gesta. Otro Milagro de Berna, entre la adversidad de dos goles en contra y de los jugadores por debajo de su condición física. Con los tocados que tenía, Alemania no estaba, ni mucho menos, mejor que Francia. Pero con un marcador tan adverso, el orgullo herido pudo con el cansancio. Rummenigge, lesionado, ejemplificó el ADN alemán.
Rummenigge inició y finalizó la jugada del 2-3 en el 102'. Remachó en boca de gol, en posición forzada entre Janvion y Ettori, el centro de Littbarski desde la izquierda. Rummenigge vio puerta tres minutos después del tercer tanto de Francia. Gol decisivo: se pasó del 1-3 al 2-3 en un tiempo escaso. La RFA no se detuvo y acabó lo que empezó Rummenigge. Fischer estableció el 3-3 en el 108', en la segunda parte de la prórroga. Bernd Förster centró, Hrubesch la peinó de cabeza y el delantero del Colonia marcó de tijera. Golazo. Alemania tiró de épica como tantas veces. 3-3. Quedaban poco más de diez minutos para otro gol, pero las fuerzas ya no dieron para más. Penaltis. La primera definición desde los once metros en la historia de la Copa del Mundo.
Alemania superó 5-4 a Francia en los penaltis y se clasificó para la final. Hrubesch transformó la pena máxima decisiva. Schumacher paró dos lanzamientos a Six y Bossis. Por Alemania falló Stielike, Ettori le detuvo el penalti. El final dejó el abrazo de Stielike a Schumacher en agradecimiento al portero por enmendar su error. Mientras Alemania celebraba, Francia lamentaba la oportunidad perdida. Michel Hidalgo: "Ha sido una gran decepción. Teníamos el partido ganado, hicimos méritos para estar en la final. La reacción alemana fue fulgurante y no supimos contenerla". Por su parte, Jupp Derwall mostró su felicidad: "Estoy muy satisfecho con mis jugadores: han reaccionado cuando el encuentro se les puso muy cuesta arriba. El partido ha sido de grandes movimientos tácticos". Por su parte, Italia ganó 3-1 a la RFA en la final y se proclamó campeona del mundo. Dos años después, Les Bleus cerraron la herida y alzaron la Eurocopa. Con Battiston de nuevo en la Selección.
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