Franz Beckenbauer, Gerd Müller y Sepp Maier cambiaron el destino del FC Bayern Múnich. Coincidieron por primera vez en la 1964/65, con el conjunto bávaro, de apenas tradición, en Segunda División. Esa misma campaña ascendieron a la Bundesliga y, una vez en la élite, los éxitos se multiplicaron. Copas, Bundesligas, la Recopa y, sobre todo, tres Copas de Europa seguidas y la Intercontinental. También hicieron historia con Alemania Federal mediante la consecución de la Eurocopa de 1972 y del Mundial de 1974, siendo la primera Selección de Europa que logró el doblete de forma consecutiva. El Káiser Beckenbauer, Sepp Maier y Torpedo Müller, en definitiva, evolucionaron el fútbol alemán y transformaron a los de Múnich en el equipo top de hoy en día. El eje del primer gran Bayern. Leyendas en mayúsculas.
La rivalidad con el Mönchengladbach y aquel 4-0 ante el Ajax de Cruyff
Sepp, Gerd y Franz iniciaron la década de los años 70 situados entre los mejores futbolistas del mundo, reforzados también por su relevancia con el combinado nacional alemán. Antes de lograr el Mundial, la Eurocopa, la Copa de Europa y la Intercontinental ya poseían un currículum destacado, refrendado por la conquista de la Recopa en 1967. El Bayern, entre tanto, había crecido no solo en lo deportivo, sino también en lo económico. Mantuvo la filosofía de captación de promesas y engrosó sus filas con Hoeness, Rummenigge, Breitner y Schwarzenbeck; estos se unieron a Beckenbauer, Müller, Maier y Rohr. La escuadra legendaria del primer gran Bayern estaba al completo y lució en el flamante Olympiastadion, inaugurado a finales de mayo de 1972.
Todo hacía presagiar el rodillo muniqués, sin embargo, llegó la oposición de un rival a la altura en Alemania Federal. El Borussia Mönchengladbach de Heynckes, Berti Vogts, Simonsen, Netzer, Bonhof, Jensen... Otro equipo de ensueño, conocido como Die Fohlen, Los Potros, por su estilo vigoroso y ofensivo. Distinto al del Bayern, más defensivo y rudo. Este Gladbach ganó cinco títulos de Bundesliga (1969/70, 1970/71, 1974/75, 1975/76, 1976/77) por tres del Bayern (1971/72, 1972/73 y 1973/74) desde el primer campeonato de Los Potros. Pero mientras el Borussia ganaba terreno al Bayern en Alemania, este último extendía sus fauces en la Copa de Europa marcando una hegemonía. En todo caso, antes de ello, los bávaros sufrieron el bautismo de fuego continental: el duro 4-0 ante el coral Ajax de Cruyff en los cuartos de la 1972/73. Una de las noches más negras de Maier, Müller y Beckenbauer. El Ajax ganaría su tercera Orejona seguida esta campaña y cerraría su ciclo glorioso.
LAS TRES COPAS DE EUROPA CONSECUTIVAS
Se vislumbraba otro Bayern-Ajax en los cuartos de la Copa de Europa de la 1973/74. Pero el Ajax, sin Cruyff, se derrumbó ante el CSKA Sofía en los octavos. La escuadra bávara, un año después de sufrir el rodillo ajacied, ganó el primero de sus tres títulos. Estamos en la época germano-neerlandesa, comandada por Beckenbauer y Cruyff. Las tres Copas de Europa del Bayern, en definitiva, se forjaron a partir de la solidez defensiva, de la efectividad y de cierta dosis de fortuna y de polémica arbitral.
- COPA DE EUROPA 1973/1974
El Bayern rozó la debacle ante el sorprendente Åtvidabergs en la primera ronda. Los suecos remontaron el 3-1 del Olímpico y se pusieron 3-0 en la vuelta a poco menos de un cuarto para el final. El Bayern estaba fuera, pero Hoeness le rescató de la eliminación con su gol, el 3-1, y los penaltis clasificaron a los bávaros. Sepp Maier atajó dos lanzamientos. Conny Torstensson, del Åtvidabergs, protagonizó una historia curiosa: marcó dos goles a Maier en Suecia y acabó ganando la Copa de Europa con el Bayern. Los de Múnich le sufrieron, le ficharon y ganaron la Copa de Europa con él.
Antes de la final, Beckenbauer, Gerd Müller y Sepp Maier vivieron otro duelo a cara de perro ante el Dinamo Dresde, de Alemania Democrática, en los octavos de final. La eliminatoria se decidió con el computo global de 7-6 para el Bayern: 4-3 en Múnich y 3-3 en Dresde. Por contra, el conjunto muniqués tuvo menos problemas ante el CSKA Sofía en los cuartos y el Ujpest en las semifinales y llegó a su primera final de la Copa de Europa.
Bayern de Múnich y Atlético de Madrid se enfrentaron en el mítico Heysel de Bruselas. El Atleti, al igual que el Bayern, también ejercía como novato en una final, por lo que un nuevo rey accedería al trono. Para ello se precisaron dos partidos. Primer asalto: el Atlético estuvo a segundos de ser campeón de Europa. Cuajó un enorme partido y jugó de tú a tú al Bayern. Luis Aragonés adelantó al Atleti con un golazo de falta en el minuto 114, en la prórroga. Cuando el Atleti ya casi celebraba el título, Schwarzenbeck empató con un obús desde larga distancia. 1-1, minuto 120, habría partido de desempate. El gol provocó un cataclismo irreversible. Lanzó al Bayern y hundió al Atlético. Tanto es así que, dos días después, el Bayern arrolló 4-0 a un Atlético que no se repuso del mazazo. Hoeness y Gerd Müller se repartieron los goles a pares. Beckenbauer levantó la primera Copa de Europa del Bayern y el Atleti inició su maldición en las finales de la competición. 1974, además, resultó el mejor año en las carreras de Beckenbauer, Müller y Maier: ganaron Copa del Mundo, Copa de Europa y Bundesliga.
Bayern 4-0 Atlético (desempate)
- COPA DE EUROPA 1974/75
La defensa del título empezó con un plato fuerte en los octavos: Bayern (campeón de la Copa de Europa y de Alemania Federal) contra Magdeburgo (campeón de la Recopa y de Alemania Democrática). Este partido entre alemanes llegaba marcado por el tan reciente recuerdo del triunfo de Alemania Democrática (RDA) sobre Alemania Federal (RFA) en Hamburgo, en el Mundial de 1974 disputado en suelo Federal.
Sparwasser dio la victoria a la RDA y el propio Sparwasser estableció el 0-2 en la primera parte del Bayern-Magdeburgo en el Olímpico de Múnich. El fantasma de Hamburgo amenazaba ahora la capital bávara. El Bayern, sin embargo, sacó el orgullo de campeón y ofreció una gran remontada en la segunda mitad. Ganó 3-2 al Magdeburgo con doblete de Müller. El ariete volvió a aparecer en en el partido de vuelta. Puso 0-2 al Bayern, haciendo inútil el 1-2 final de Sparwasser.
El conjunto bávaro, después, eliminó al Ararat Yerevan en los cuartos y al Saint-Étienne en las semifinales y accedió a su segunda final. Mientras el equipo se agarraba a la Copa de Europa como tabla de salvación, se desangraba en el campeonato doméstico. Ottmar Cramer reemplazó a Udo Lattek en el banquillo. El Bayern acabó en décimo en la Bundesliga. Europa, sin embargo, curó todos los males.
El Leeds United eliminó al FC Barcelona en las semifinales y se citó con el Bayern en la final. El conjunto inglés llegó reforzado por su impecable trayectoria: seis victorias y dos empates en ocho partidos. El Leeds, equipo invicto, representaba una amenaza y lo demostró con su estilo directo y agresivo que puso en serios apuros al campeón.
El Bayern mostró madurez y nervios de acero para sobrevivir al vértigo inglés y a las bajas por lesión de Andersson y Hoeness en la primera parte. Sepp Meier mostró sus reflejos felinos en una parada a bocajarro a Madeley. El Leeds siguió atacando y lamentó el gol anulado a Lorimer y reclamó un penalti de Beckenbauer a Allan Clarke. The Whites acabaron desquiciados con el árbitro, Michel Kitabdjian, y la final se calentó: trifulcas en el campo e incidentes en las gradas del Parque de los Príncipes que al Leeds le supusieron dos años sin participar en competición europea. Franz Bulle Roth y Torpedo Müller aprovecharon el desconcierto y sentenciaron al Leeds United en la recta final con dos goles definitivos. La defensa triunfó sobre el ataque entre la polémica. Y la Copa de Europa de nuevo a Múnich.
Bayern 2-0 Leeds United
- COPA DE EUROPA 1975/76
Esta edición dejó en las semifinales el primer Real Madrid-Bayern de la Copa de Europa. Marcado por el incidente que causó el loco del Bernabéu. El partido venía caldeado en Alemania por el polémico arbitraje que sufrió el Borussia Mönchengladbach en el Santiago Bernabéu en el desenlace de los cuartos de final.
El Madrid, que no jugaba una final de Copa de Europa desde 1966, salió en tromba a por el Bayern y se adelantó con un gol de Roberto Martínez en el minuto 7. El eléctrico ataque blanco se diluyó y perdió profundidad con la lesión de Velázquez en el minuto 37. El Bayern mejoró y Torpedo Müller empató cerca del descanso en una acción precedida de un corner no señalado al Madrid. Esta acción encendió al Bernabéu contra el árbitro, Erich Linemayr, y, en la segunda parte, los ánimos subieron de pulsaciones por un agarrón sobre Santillana dentro del área que no fue penalti para el colegiado.
En este contexto de tensión –sin que sirva como justificante– un aficionado del Madrid apareció en el terreno de juego y cometió un acto deplorable. Primero golpeó a Gerd Müller y, a continuación, dio un puñetazo a Linemayr, el árbitro. Sepp Maier, finalmente, logró reducir al loco del Bernabéu. Al Real Madrid le cayó una sanción de un año sin jugar en Europa. Al final quedó en tres partidos fuera del Bernabéu en Europa, que fueron dos.
El partido de ida acabó 1-1 y el Bayern sentenció al Real Madrid en Múnich. Venció 2-0 con un doblete del Bombardero de la Nación. Gerd Müller, azote merengue. Este partido se recuerda también por la expulsión de Amancio en su último partido en Europa como blanco. Por su parte, los alemanes del Real Madrid, Netzer y Breitner –ex Mönchengladbach y ex Bayern– fueron abroncados en el Olímpico. Sus compatriotas les acusaron de traidores por jugar en los 'bárbaros del sur'... En suma, la rivalidad Madrid-Bayern, que aún perduda, se inició con este primer enfretamiento de 1975. El primero se lo llevó un Bayern superior, lanzado a por su tercera final consecutiva.
Bayern y Saint-Étienne disputaron la final de 1976 en un Hampden Park en versión gala: 25.000 hinchas de Les Verts y 6.000 de los bávaros. Se contaba con el precedente inmediato de las semifinales de la temporada anterior entre germanos y franceses favorable a los de Múnich. El 0-0 en el Geoffroy Guichard nevado y el 2-0 del Olímpico de Múnich, resuelto con tantos de Beckenbauer y Dürnberger. Para la Association Sportive de Saint-Étienne (ASSE), inmerso en su era dorada, suponía su primera final de la Copa de la Europa (la única, al igual que el Leeds United). La ASSE contaba con un equipo ofensivo, donde destacaban Rocheteau, los hermanos Patrik y Hervé Revelli, Piazza y Curkovic. Ante el Bayern, el entrenador Robert Herbin no contó con Farison y Synaekhel. Ni con Rocheteau desde el inicio.
Pese a dichas ausencias tan significativas, el cuadro francés acumuló méritos para llevarse el que hubiera sido el mayor logro de su historia. El Saint-Etienne, que dominó el partido, se estrelló hasta dos veces con los postes de la meta de Sepp Maier en la primera mitad. La fortuna se alió con un Bayern más experimentado en estas batallas. El conjunto de Cramer se mostró como el boxeador que aguantó todos los golpes hasta el último penúltimo asalto. Ahí liquidó a su contrario con un gancho decisivo. Lo ejecutó Franz Roth, el que siempre aparecía en las finales. Roth batió de falta a Curkovic en el minuto 57 y marcó el gol que haría campeón al Bayern. Les Verts jugaron su última carta con Rocheteau. Este salió en la segunda mitad y en ocho minutos creó tres ocasiones claras. Ni así. Meier, después de los dos palos, blindó su portería y la clase de Beckenbauer aliviaba la retaguardia con las rápidas salidas al espacio. La historia había dictado sentencia. Beckenbauer, Múller y Maier, el eje del Bayern, ya formaban parte del grupo de los tricampeones de Europa.
El eje cerró el ciclo glorioso este mismo año con la Intercontinental. El Bayern superó al Cruzeiro, campeón de la Libertadores, en un enfrentamiento a doble partido. El Bayern venció 2-0 en suelo alemán, con goles de Kappelmann y Gerd Müller, y amarró el título de campeón del mundo. En la vuelta, en Mineirao, hizo valer la renta y empató 0-0; el Cruzeiro chocó con el habitual muro defensivo bávaro. Este Bayern ganó todos los títulos a su alcance excepto la Supercopa de Europa. El Dinamo de Kiev en 1976 y el Anderlecht en 1977 le dejaron sin este trofeo. Así acaba este Especial del primer gran Bayern. Con Franz Beckenbauer, Gerd Müller y Sepp Maier como la columna vertebral que inició la transformación del Bayern de Múnich en el Gigante de Baviera. De Segunda División a campeonísimos.
Real Madrid 1-1 Bayern
Este es el último de los tres capítulos de este especial.
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