González, Mendieta, Álvaro Cervera y Belodedici
- José Luis González. Portero de rápida reacción bajo palos. Ágil y elástico. Célebre por el penalti que le paró a Djukic y por reemplazar a Arconada en la meta de la Real Sociedad. Se formó en las categorías inferiores de la Real, a la sombra de Arconada y Elduayen. Tras la retirada de Arconada –con Elduayen en el Atlético de Madrid– fue indiscutible en la meta txuri-urdin durante tres temporadas y, en la 1992/93, fichó por el Valencia. El conjunto ché le incorporó para reemplazar a Ochotorena y competir con Sempere. Pero este último, a sus 34 años, vivió su segunda juventud y dejó a González en un segundo plano. El guipuzcoano vivió su momento culminante como blanquinegro en el Deportivo-Valencia de la última jornada de la 1993/94: el penalti detenido a Djukic dejó sin Liga al Superdépor y se la dio al Barcelona.
- Gaizka Mendieta. Contaba con apenas 18 años. Un diamante por pulir. Disfrutó de un 1992 meteórico: debut con el primer equipo del CD Castellón a principios de año, consolidación en el once albinegro y llegada a la capital del Turia. Mendieta inició su andadura en el filial, el Mestalla, donde su progresión no pasó desapercibida para Guus Hiddink. El entrenador neerlandés le premió con minutos ante el Cádiz y el Oviedo en las dos últimas jornadas de la 1992/93. No obstante, fue Héctor Nuñez el primer técnico que apostó fuerte por Gaizka en la 1993/94. Mendieta, en las temporadas siguientes, se coció a fuego lento actuando en diversas posiciones, hasta que explotó y se convirtió en uno de los mejores centrocampistas del mundo, ideal para jugar al espacio. Dotado de calidad, visión y un tremendo golpeo. Dejó un repertorio de golazos, como el que anotó al Atlético en la final de Copa de 1999. El murciélago del Valencia.
- Álvaro Cervera. Tras el descenso del Mallorca, se presentaba como una de las opciones más apetecibles del mercado. Contaba con dos ofertas importantes: Real Madrid y Valencia. Eligió el proyecto valencianista. Con el de Fernando Poo, el Valencia enriqueció su nómina ofensiva, que ya contaba con Fernando, Penev y Eloy. Hiddink combinó a los cuatro en el ataque y el equipo ché se situó como el cuarto más realizador de La Liga. La afición apreció el estilo técnico y vistoso de Álvaro, un puñal por la izquierda. Aportó asistencias y soluciones a balón parado, en especial en los golpes francos directos. También se apuntó goles de bella factura, como el que marcó a Zubizarreta en un gran Valencia 3-4 Barcelona. Solo las lesiones frenaron al ex bermellón y le impidieron tener mayor continuidad.
- Miodrag Belodedici. Para reemplazar a una leyenda como Ricardo Arias, el Valencia desembolsó 300 millones de pesetas al Estrella Roja por uno de los defensas con más cartel del panorama internacional. El rumano pasó a la historia como el primero que logró dos Copas de Europa con dos clubes diferentes: Steaua Bucarest y Estrella Roja. Por lo tanto, a sus 28 años, desembarcó en la capital del Turia como un fichaje de campanillas. Prestigioso y contrastado. Sin embargo, la realidad fue bien distinta y mostró a una de estas grandes contrataciones que no cumplió con las expectativas. Tan interiorizado tenía su rol de líbero que no funcionó cuando Hiddink echó abajo el sistema de un libre y dos centrales, con el que había jugado toda la vida. Belo fue incapaz de asimilar el cambio a una defensa de cuatro. Mestalla, eso sí, admiró su espectacular salida desde atrás. La elegancia del dos veces campeón de Europa.
Escribir comentario