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Real Madrid 7-3 Eintracht Frankfurt: La quinta Copa de Europa blanca

Cuatro goles de Puskás y tres de Di Stéfano marcaron la diferencia y le dieron la quinta Copa de Europa al Madrid, la quinta de forma consecutiva

 

La final de 1960 cerró el lustro de oro del Real Madrid. El conjunto blanco arrolló al Eintracht Frankfurt en un abarrotado Hampden Park y logró su quinta Copa de Europa seguida en una actuación colosal. Se juntaron Alfredo Di Stéfano, Ferenc Puskás y Paco Gento y destrozaron a un buen Eintracht. El Madrid remontó el tanto inicial de Richard Kress con cuatro goles de Puskás y tres de Di Stéfano. Erwin Stein, en la recta final, anotó un doblete y estableció el 7-3. El epílogo de la final más impactante de los inicios de la Copa de Europa. Diez goles y cinco remates al poste.

 

El Real Madrid accedió a su quinta final tras eliminar al FC Barcelona en las semifinales. Madridistas y culés trasladaron a Europa su encarnizada disputa. Ambos acabaron empatados a puntos en la Liga y el gol average concedió el título al Barça. Los blancos se vengaron en la Copa de Europa. El Madrid superó con solvencia a los de Helenio Herrera en la ida y la vuelta con idéntico resultado: 3-1 en el Bernabéu y 1-3 en el Camp Nou. Un doblete de Di Stéfano y un gol de Puskás dieron una valiosa renta en el Bernabéu. Puskás, con dos dos goles, y Gento aseguraron el billete a Glasgow en el Camp Nou. El Madrid dejó KO al conjunto azulgrana ya con Miguel Muñoz, sustituto de Fleitas Solich en banquillo. 

 

 

El rival del Madrid también sacó músculo en las semifinales. Y de qué manera. El Eintracht Frankfurt vapuleó al Glasgow Rangers (este se quedó sin la final que se disputó en su ciudad) con un global de ¡12-4! 6-1 en el Waldstadion y 3-6 en Ibrox Park. Los de Frankfurt, en su primera participación en la Copa de Europa, realizaron un papel destacado. Un año antes ganaron su única Bundesliga, entonces Oberliga. Este Eintracht de Kress, Stein, Lindner, Pfaff y Maier protagonizó los mejores momentos de la historia del club. Un equipo joven, talentoso y con gol. Sorprendió de inicio al Madrid con su fútbol veloz y tuvo opciones hasta que los blancos hicieron valer su superioridad. 

 

Miguel Muñoz y Paul Obwald utilizaron la clásica formacion de entonces, el 3-2-5, con abundancia de atacantes. El fútbol como concepción ultraofensiva, sin ataduras. Ello significaba que, en numerosas ocasiones, se llenase la saca de goles. Era otro fútbol, sí, lo hemos comprobado visualizando entero el Real Madrid-Eintracht Frankfurt. La final con más goles (10) y espectadores (127.261) de la historia de la competición. 

 

El Eintracht marcó tres goles, se topó dos veces con el poste e hizo trabajar al portero madridista, Domínguez. El combinado de Obwald empezó mejor que el Madrid y dispuso de las primeras ocasiones. El larguero escupió un centro cerrado de Meier y Marquitos y Santamaría despejaron otros dos acercamientos. Las águilas avisaron y se adelantaron por medio de Kress en el minuto 18. La alegría se tornó efímera. El Madrid tardó tres minutos en igualar y seis en ponerse por delante. Di Stéfano marcó dos goles de oportunista en los minutos 21 y 24. Los de Miguel Muñoz, a partir de entonces, hicieron de su ventaja una montaña cada vez más alta para los de Frankfurt. Pero el Eintracht, como buen alemán, jamás bajó los brazos. Ni en los peores momentos. Después del 2-1, hizo pasar algunos minutos de agobio al Madrid. Pero Di Stéfano se hizo con el control y el Madrid decantó la final a su favor. La saeta rubia se asoció con Gento, Luis del Sol, Puskás y Canario y el Madrid olía la sangre. Vidal remató al poste y, en el minuto 44, llegó el tercero. Puskás aprovechó un error de Eigenbrodt en la salida y batió a JoyGol psicólogico justo antes del descanso

 

La final tuvo tres momentos clave: la remontada tras el gol alemán, el 3-1 antes del descanso y el 4-1 al iniciarse la segunda mitad. El cuarto llegó en un penalti riguroso transformado por PuskásDespués todo sucedió con inusitada rapidez. Del posible 4-2 se pasó al 5-1. Domínguez evitó otro tanto de Kress y Puskás cabeceó al fondo de las mallas un centro de Gento en el 55. El Eintracht continuó atacando y el poste le negó el gol. Puskás tuvo mejor puntería y cerró su cuenta en el 71´ . ¡Póker en 25 minutos! Los cuatro tantos al Eintracht sitúan a Puskás como el futbolista que más goles ha marcado en una final de Copa de Europa.

 

El Eintracht volvió a golpear (sin posibilidades con 6-1 en contra) y Stein anotó por la escuadra en el 72´ . Di Stéfano respondió y firmó el hat-trick con un disparo desde fuera del área en el 73´ . De nuevo Stein, en el 75´ , aprovechó un error de Vidal y cerró el goteo de goles. No obstante, la voracidad blanca no cesó ni con 7-3. La madera evitó los tantos de Gento y Di Stéfano y Joy se lució ante Puskás. El Madrid, en la segunda parte, se puso el traje de etiqueta. Rabonas, Taconazos, jugadas al primer toque... El olfato de Puskás y Di Stéfano y la velocidad de Gento destrozaron a la retaguardia germana. El Madrid dejó siete goles, tres disparos al palo y el guión ya estaba escrito. La Quinta se elevó al cielo de Glasgow y el Madrid cerró el círculo: 1956, 1957, 1958, 1959 y 1960. Hampen Park agradeció el recital y, en 2002, se reencontró con el Madrid. La Novena de Zidane y Casillas. 

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