Con el fichaje de Diego Armando Maradona, el FC Barcelona contaba con tres extranjeros en la plantilla y la normativa vigente solo permitía alinear a dos de ellos. El alemán Udo Lattek, el entrenador, tenía que escoger a dos para su once titular y descartar a uno entre Diego Maradona, Bernd Schuster y Allan Simonsen. El argentino tenía la plaza asegurada, por lo que la vacante restante se la disputaron Schuster y Simonsen.
La situación de los tres cracks antes del inicio de la 1982/83 se presentaba de la siguiente forma:
- Diego Maradona: El jugador del momento, el que todos querían en su equipo. Recién fichado por 1.200 millones de las antiguas pesetas, una fortuna para la época. Su llegada despertó una enorme ilusión y expectación. El Barcelona le tenía atado desde 1980, pero le cedió al Boca Juniors, ya que la dictadura de Videla le impidió abandonar Argentina hasta después del Mundial de España. A sus 22 años, El Pelusa ya había alcanzado el estatus de estrella y aún estaba lejos de su techo.
- Allan Simonsen: Este menudo danés ganó el Balón de Oro en 1977 tras brillar en el enorme Borussia Mönchengladbach de los 70. En 1979 recaló en Can Barça y su juego enamoró al soci. Extremo veloz, driblador. El Brujo Quini se benefició de sus asistencias. Simonsen fue campeón de la Copa y de la Recopa con el Barcelona. Hasta la llegada de Maradona había sido indiscutible. Tenía 30 años en 1982.
- Bernd Schuster: A sus 23 años vivía sus primeras temporadas en la Ciudad Condal. Llegó procedente del Colonia, después de brillar y proclamarse campeón de la Eurocopa de 1980 con Alemania. La antítesis del típico medio físico germano. Elegante, dotado de una exquisita técnica. Especialista a balón parado, sobre todo, en las faltas. Schuster era el eje sobre el que giraba el engranaje azulgrana.
Al final, Schuster acompañó a Maradona en la nómina de extranjeros y Simonsen, al que Udo Lattek dejó claro que no sería titular, abandonó el club. El danés se marchó al Charlton Athletic cedido y ya no volvió a vestir la casaca blaugrana. La edad de uno y otro (Schuster 23 y Simonsen 30) resultó crucial en la decisión del entrenador. Schuster tenía una gran proyección y su concurso era fundamental para practicar un fútbol vistoso. Por contra, Simonsen, recién estrenada la treintena, contaba con un margen estrecho de mejora pese a su nivel.
En todo caso, el Barcelona ofreció al danés continuar como suplente, a la espera de contratiempos de Maradona y Schuster –en forma de lesiones o sanciones– o de que se modificara la normativa. Pero Simonet, como le conocían en Barcelona, desechó el ofrecimiento y se marchó a la liga inglesa. El caso es que, durante la temporada, Maradona estuvo largo tiempo de baja a causa de la hepatitis que se le diagnosticó en diciembre. Simonsen hubiese jugado los 14 de La Liga, más los de las demás competiciones, que El Pelusa estuvo ausente.
El Barça, en esta temporada, conquistó la Copa del Rey y la Copa de la Liga y se le escapó la Liga, la Recopa y la Supercopa de Europa. Se acusó la baja de Maradona, que dejó un golazo antólogico al Real Madrid en el Bernabéu en la Copa de la Liga. El Diez disputó 35 partidos (entre todas las competiciones) y marcó 23 goles. Por su parte, Schuster jugó 47 encuentros en total y anotó 14 tantos.
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