Ganó la Premier League de la 2003/04 sin perder un solo partido: 26 victorias y 12 empates
El Arsenal de Arsène Wenger se proclamó campeón de la Premier League sin perder un solo partido durante la temporada 2003/04. Sumó 26 victorias y 12 empates y le sacó 11 puntos de diferencia al Chelsea, segundo clasificado. El combinado gunner, además, fue el más goleador (73 goles) y el menos goleado (27 goles) del campeonato, gracias a la productividad anotadora de Thierry Henry y a la solvencia defensiva en torno a la portería de Jens Lehmann. Un campeón sin fisuras. El Arsenal de Los Invencibles.
El momento clave para alzarse con el título estuvo al inicio de la segunda vuelta, con las nueve victorias consecutivas de los gunners. El conjunto de Wenger ocupaba la segunda plaza cuando empezó su racha ante el Middledsbrough (4-1) en la jornada 21. Por entonces, contaba con 49 puntos, a uno del líder, el Manchester United, con 50. No obstante, en la jornada 29, cuando sumó su noveno triunfo consecutivo en la Premier, ya tenía bien amarrada la primera plaza. Con 9 de ventaja respecto al Chelsea de Claudio Ranieri: Arsenal 73 puntos y Chelsea, 64. El mejor Arsenal de la temporada se fraguó de enero a marzo.
La remontada al Liverpool
Para no perder ningún partido en la competición regular durante tantos meses -desde agosto hasta mayo-, se precisa, a parte del componente futbolístico, un carácter ganador inquebrantable. Es lo que demostró el Arsenal ante el Liverpool en Highbury en la jornada 32. La escuadra gunner venía de caer eliminada ante el Chelsea en la Champions League y al descanso perdía 1-2 ante los reds. Wenger, en la caseta, convenció a los jugadores de que podían remontar y estos se comieron a los de Gérard Houllier en la segunda parte. El Arsenal salió enchufadísimo y Pirès y Henry ya habían dado la vuelta al partido en dos minutos: 49 y 50. Tití estableció el definitivo 4-2 en el minuto 78 y cerró el partido con un hat-ttrick. El fortín de Highbury. El Arsenal venció al Liverpool, cerró la herida de la eliminación en la Champions y amarró el título de la Premier.
El método Wenger
Esa campaña supuso el punto culminante de la larga estancia de Wenger al frente del Arsenal. El mejor momento de sus 22 años en el banquillo londinense junto a la Champions League de la 2005/06, edición en la que fue subcampeón perdiendo la final ante el Barcelona. El de Estrasburgo transformó por completo al club. Captó a jóvenes promesas, las formó y las convirtió en estrellas. Ejemplos de ello: Thierry Henry, Robert Pirès, Patrick Vieira, Fredrik Ljunberg y, más adelante, Cesc Fàbregas. Todos ellos alcanzaron el mejor nivel de sus carreras en el conjunto inglés. Por otro lado, Wenger también modificó de forma radical la idiosincrasia de juego. Antes del alsaciano, el Arsenal era uno de los conjuntos británicos de mayor arraigo al tradicional estilo físico y directo. Wenger transformó al Arsenal a un concepto más moderno. Nada de pelotazo. Buen trato al balón, mezclando posesión y transición rápida a la contra. No obstante, aunque el Arsenal se manejó en el ataque en estático, resultó más letal al contraataque por la velocidad de Henry, Pirès y Ljunberg.
Radiografía de los invencibles
El mejor Arsenal coincidió con el mejor Thierry Henry. Tal cual. Tras emerger en sus inicios en el Mónaco como un futuro crack, dispuso de un paso testimonial en la Juventus de Zinedine Zidane. Wenger, que había seguido su evolución, se lo llevó al Arsenal en la 1999/00 y sacó lo mejor de él. El entrenador encontró en Titi a la piedra angular sobre la que asentar el proyecto. Lo más importante es que lo alejó de la banda y lo situó en el centro. Y Henry se convirtió en uno de los mejores nueves del mundo. Los números muestran su evolución hasta la temporada de los invencibles: 17 goles en la Premier 1999/00, 17 en la 2000/01, 24 en la 2001/02, 24 en la 2002/03 y 30 en la 2003/04. Los 30 goles de Henry en la Premier (su mejor marca en una temporada) le valieron la Bota de Oro y el Pichichi en la 2003/04. Henry, decisivo, siempre apareció en los grandes partidos. Una leyenda.
Del mismo modo, Robert Pirès también resultó importantísimo y formó una enorme sociedad junto a Henry. El francés había destacado en el Olympique de Marsella y tenía pie y medio en el Real Madrid -al igual que Henry cuando estaba en el Mónaco-, pero, finalmente, optó por el Arsenal. Pirès tenía la misión de hacer olvidar a Marc Overmars y, al igual que Henry, también explotó en el Arsenal. D´Artagnan prontó se ganó a Highbury por su altísimo nivel técnico. El francés, además de repartir un alto número de asistencias, aseguraba más de 10 goles por campaña sin ser delantero. En la 2003/04, Pirès anotó 16 goles en la Premier, muchos de ellos de bella factura, y sirvió otros tantos a Henry. La conexión francesa, dos piezas básicas de una alineación que todavía se recita de memoria en los mentideros londinenses.
Wenger ensambló las piezas durante años y el resultado final fue un enorme once titular: Lehmann; Lauren, Kolo Touré, Campbell, Cole; Ljunberg, Vieira, Gilberto Silva, Pirès; Bergkamp y Henry. Lehmann reemplazó con éxito a David Seaman bajo palos. Kolo Toure y Sol Campbell fueron una pareja de centrales difícil de rebasar, repleta de fuerza. Lauren y Ashley Cole, dos laterales ofensivos, dieron profundidad. En la zona media, Gilberto Silva puso el equilibrio, Vieira la potencia física para romper las líneas rivales, Ljunberg la versalitilidad y Pirès la exquisitez. Por último, Henry y Bergkamp, dupla atacante de lujo, fueron cruciales en la evolución del proyecto de Wenger con sus goles. ¿Y de recambios? El técnico francés tenía un banquillo de absolutas garantías: Kanu, Parlour, Edu, José Antonio Reyes, Chichy, Cygan, Wiltord y Keown. Los Invencibles.
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