La primera Copa del Rey, de la recién instaurada democracia, acogió una mítica final en 1977 entre el Real Betis de Cardeñosa, Esnaola, Megido y Biosca y el Athletic Club de Iribar, Dani, Irureta, Txetxu Rojo y Ángel María Villar. El conjunto verdiblanco superó a Los Leones en los penaltis y alzó su primera Copa en el Vicente Calderón. El partido acabó 2-2 tras unos emocionantes 120 minutos, prórroga incluida. López igualó hasta dos veces los tantos de Carlos y Dani y se precisó de los penaltis para dilucidar al campeón. Esnaola, después de una tanda agónica con 20 penaltis, detuvo el lanzamiento decisivo al Txopo Iribar y dio la Copa a un épico Betis.
Hacía tiempo que no se le presentaba al Betis una oportunidad como aquella del 25 de junio de 1977 en el Vicente Calderón. Lejos quedaban el título de Liga y la final de Copa de los años 30. El Athletic, precisamente, superó 3-1 a los béticos en la final copera de 1931, en los tiempos de la República. 40 años después, en la década de los 70, por Heliópolis volvían a reunirse grandes jugadores. Estos ya habían avisado en las semifinales de la última Copa del Generalísimo en la 1975/76. Entonces, el Zaragoza les dejó sin la final. Tan cerca se quedaron que a la temporada siguiente volvieron a la carga y, esta vez sí, alcanzaron la final. Lo lograron tras superar a los siguientes rivales: Barakaldo, Sestao, Deportivo de La Coruña, Valladolid, Hércules y Espanyol. El combinado bético contó con las heroicidades de Esnaola en la tanda de penaltis ante el Hércules en los cuartos y con un doblete mítico de Biosca ante el Espanyol en la vuelta de las semifinales.
Los héroes del 77
El once que conformó Rafael Iriondo –leyenda del Athletic como jugador– ante su ex equipo ocupa un lugar privilegiado en la historia verdiblanca. Esnaola en la portería; Bizcocho, Biosca, Sabaté y Cobo en la defensa; López, Alabanda y Cardeñosa en el centro del campo; Megido, García Soriano y Benítez en la delantera. El Betis, sin embargo, no pudo disponer de todos sus efectivos, ya que contó con bajas importantes: Anzarda, Gordillo y el holandés Mühren y el húngaro Ladinsky. Entonces, los foráneos aún no podían alinearse en la Copa.
Era un gran Betis, por supuesto. Pero el Athletic partía como teórico favorito. El combinado vizcaíno había caído ante la Juventus en la final de la Copa de la UEFA. Rozó el título ante la Juve de Dino Zoff, Scirea, Tardelli y Bettega: derrota por 1-0 en el Comunale y triunfo por 2-1 en San Mamés. Mientras, en La Liga, quedó tercero (el Betis, quinto), por detrás del Atlético de Madrid, campeón, y del Barcelona, segundo. El conjunto dirigido por Koldo Aguirre, por lo tanto, se quedó sin un doblete histórico al caer primero en la final europea y después en la española. A un paso.
Esnaola ganó la Copa a Iribar
El Athletic siempre fue un paso por delante del Betis en la final, pero la perseverancia verdiblanca dio sus frutos. Carlos adelantó a los vizcaínos en el minuto 16 y López empató en el 45. Ya no hubo más goles durante el partido. En la prórroga, Dani estableció el 2-1 en el minuto 97 y de nuevo López salvó a los de Iriondo en el 116, a cuatro minutos para el final. López cazó su primer tanto en boca de gol, tras un rechace propiciado por un lanzamiento de falta botado por Cardeñosa que dio en el poste. En el segundo tanto cabeceó una falta botada por Cardeñosa. Este último originó los dos goles béticos. A Cardeñosa se le recuerda por el gol fallado ante Brasil en la Copa del Mundo de 1978, pero lo cierto era que un futbolista excepcional. Fino, elegante, creativo. El jugador más técnico del Betis junto a Megido y Gordillo.
Los penaltis supusieron el premio a la perseverancia de un Betis que más bajó los brazos ante un equipo durísimo. Los de Iriondo llevaron al límite al Athletic hasta el final. Lo hicieron durante los 120 minutos y en una tanda interminable con 20 lanzamientos en total. Esnaola copó el protagonismo. Primero, paró dos lanzamientos decisivos a Dani y a Ángel María Villar que hubiesen dado la Copa a los bilbaínos. Luego se dispuso a lanzar su pena máxima, cual futbolista de campo, y batió a Iribar. El momento de gloria de Esnaola estaba reservado en el penal definitivo que le atajó a Iribar. El Txopo cogió el balón, disparó y Esnaola le adivinó la intención. Uno de esos momentos míticos de esta competición. Esnaola, un vasco arraigado a la Real Sociedad, le paró el penalti a una leyenda del equipo rival de la Real. Su parada fue la de todo el beticismo, 8-7. Valió la Copa. Y tiñó a Sevilla de verdiblanco.
La Copa de la transición
La Copa de 1977 contó con un especial contexto social y político. Fue la primera de la recién instaurada democracia tras el fin de la dictadura de Franco. La competición pasó de denominarse Copa del Generalísimo a Copa del Rey. El Rey Don Juan Carlos presenció la final en el palco del Vicente Calderón, acompañado por la Reina Doña Sofía. El monarca entregó la primera Copa del Rey a Juan Manuel Cobo, capitán del Betis. La Copa de la España de la transición fue la primera de las dos que posee el Real Betis Balompié.
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