- De pie: Vítor Baía, Fernando Couto, Paulo Sousa, Oceano, Hélder y Rui Costa.
- Agachados: Secretário, João Pinto, Domingos Paciencia, Paulinho Santos y Figo.
La Selección de Portugal que se clasificó para la Eurocopa de Inglaterra 1996. Un prometedor combinado. Joven y talentoso. El seleccionador Toni Oliveira priorizó el espíritu de equipo por encima de las individualidades. Pero sin renunciar, eso sí, al enorme potencial de las mismas: Figo, Rui Costa, João Pinto y Paulo Sousa. Cuatro artistas del balón que marcaban el sello atractivo de la Seleção das Quinas. Además, Toni Oliveira tenía a su disposición otras opciones más que interesantes: el olfato de gol de Domingos, la contención de Oceano, las peligrosas subidas de Secretario y Paulinho Santos, la contundencia de Fernando Couto y Hélder y el alto nivel de Vítor Baía en la portería. Y como alternativas más reconocibles: Sá Pinto, Jorge Cadete, Dimas, Vítor Paneira, Hugo Porfirio y Rui Correia. En definitiva, una joven Portugal con algunos de los campeones de los Mundiales Sub-20 de 1989 y 1991. La prolífica cantera lusa.
Esta generación rescató del ostracismo a la Selección de Portugal. De hecho, hacía 10 años que el combinado portugués no disputaba una fase final de un campeonato de selecciones. En concreto, desde la Copa del Mundo de México 1986. Por tanto, hasta la Eurocopa de Inglaterra, Portugal se perdió los últimos cinco torneos: Eurocopa de 1988, Mundial de 1990, Eurocopa de 1992 y Mundial de 1994. La Seleção das Quinas volvió a ausentarse en el Mundial de 1998, sin embargo, a partir de entonces ya no faltó a ninguna cita y estrenó su palmarés. En 2004, ya con Cristiano Ronaldo, quedó subcampeón de la Eurocopa que se disputó en su país y en 2016 alzó la Eurocopa.
La Portugal de la Eurocopa de 1996 estaba entre las candidatas a revelación y el inicio prometedor incrementó la ilusión. Quedó primera de su grupo con 7 puntos, por delante de Croacia (6 puntos), Dinamarca (4 puntos) y Turquía (0 puntos). Portugal tuvo el mérito de dejar atrás a la actual campeona, Dinamarca, y a la tercera del Mundial de Francia, la Croacia de Davor Suker. El inicio de Portugal en Inglaterra 1996 se saldó con un 1-1 ante la Dinamita Roja en Sheffield, con goles de Brian Laudrup y Sá Pinto. En el siguiente partido, Fernando Couto dio el triunfo (1-0) ante Turquía y, por último, se goleó 0-3 a Croacia con tantos de Figo, João Pinto y Domingos. Este partido ante los vatreni que cerró la liguilla fue el mejor partido realizado por el combinado luso en tierras británicas, dando muestra de la calidad de los de Toni Oliveira.
La escuadra lusa se presentó en los cuartos como favorita ante la sensación del torneo, la semidesconocida República Checa de Nedved, Berger y Poborsky. El cuadro checo se había clasificado segunda (Alemania quedó primera) y avisó eliminando a Italia (subcampeona del Mundo) y a Rusia. No obstante, sobre el papel, Portugal partía como favorita, pero la República Checa volvió a sorprender. La eficiente organización de los de Dusan Uhrin neutralizó a Figo y Rui Costa y Portugal no encontró el camino del gol. Poborsky, de preciosa vaselina, decidió el duelo ante Vítor Baía y mandó al cuadro portugués a casa. La República Checa, por cierto, llegó a la final y rozó el título ante Alemania. Portugal dejó un sabor un tanto agridulce. Hubo brotes verdes, pero la sensación es que se pudo haber llegado más lejos.
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