El hat-trick de Rivaldo al Valencia

FC Barcelona y Valencia CF se jugaban la clasificación para la Champions League en la última jornada de la 2000/01. En un duelo directo entre ambos en el Camp Nou. El Valencia defendía la cuarta plaza y presentaba una ventaja de tres puntos respecto a su rival. Por lo tanto, mientras no perdiera, repetiría presencia en la Liga de Campeones. Al Barça, por contra, solo le valía un resultado. Ganar. El conjunto azulgrana venía de otra campaña en la que no había cumplido con las expectativas. Dependiendo de lo que hiciese ante el Valencia, jugaría la Liga de Campeones o la Copa de la UEFA. El Valencia, por su parte, había llegado a dos finales consecutivas de la Champions. Después de caer ante el Real Madrid en la 1999/00, venía de perder también la de esta temporada ante el Bayern en los penaltis. Escasas semanas antes de este partido de Liga. Un golpe duro de digerir. 

Charli Rexach, quién sustituyó a Serra Ferrer en el banquillo blaugrana, salió con el siguiente once: Dutruel; Gabri, Puyol, Frank de Boer, Sergi Barjuan; Guardiola, Cocu; Simao, Rivaldo, Overmars; y Kluivert. Por su parte, Héctor Cúper alineó a Cañizares; Angloma, Ayala, Pellegrino, Fábio Aurelio; Albelda, Baraja; Angulo, Aimar, Kily González; y Carew. Dos trasatlánticos jugándose una plaza de Champions. Como una final. 

El partido prometía dosis de adrenalina y como tal fue. Emoción, igualdad y alternativas. Rivaldo adelantó al Barcelona. Baraja empató. Rivaldo volvió a poner por delante al Barcelona. Baraja volvió a responder. Y, a dos minutos del final, de nuevo Rivaldo. Un golazo de chilena para enmarcar. Decisivo. El brasileño, autor de un hat-trick, dio al Barça la clasificación para la Champions y mandó al Valencia a la Copa de la UEFA. 

Así se fraguó la maravilla de Rivo de chilena, el 3-2: Frank de Boer realizó un pase elevado a la frontal, Rivaldo recibió de espaldas, controló con el pecho y, sin caer el balón, sorprendió con un magnífico recurso que nadie esperaba. Una chilena inapelable que superó la estirada de Santi Cañizares. Potente y ajustado. 

El crack brasileño coronó, de esta forma, una actuación de las más determinantes de su carrera, con un hat-trick incluido. Su recital ensombreció a un grandísimo Rubén Baraja. El Pipo, una de las figuras de este gran Valencia, demostró su faceta de llegador con su doblete. El conjunto blanquinegro, en la recta final, fue superior y rozó la victoria. Dutruel, hasta en dos ocasiones, evitó los goles de John Carew y Kily González. Al Valencia, en todo caso, el 2-2 le valía. Pero ahí estaba Rivaldo, Balón de Oro de 1999, para demostrar su categoría.

Para el Barça jugar la Champions era una necesidad más allá de lo deportivo. El proyecto a largo plazo dependía también económicamente de ello. Por ello, al final, esa chilena, ese triunfo provocó varias imágenes. La primera, la del president, Joan Gaspart, celebrando desatado en el palco el 3-2. La crítica por su gestión al frente del club fue in crescendo, por lo que este triunfo le alivió momentáneamente. Con los puños en alto y ese grito 'Goooooool' liberó los nervios. La tensión acumulada de un presidente forofo, incapaz de contener su barcelonismo.

La segunda imagen que dejó el Barcelona-Valencia fue la invasión de campo, con Rivaldo y Pep Guardiola como los más buscados por los culés. Guardiola disputó ante el Valencia su último partido en la Liga. Aunque el Barça estaba inmerso en una crisis económica, política y social, lo que se produjo en este partido bien mereció una comunión entre la grada y los jugadores: clasificación para la Champions, hat-trick de Rivaldo y adiós a un icono como Guardiola. Antes de su partida al Calcio, Pep disputó sus últimos partidos como culé en las semifinales de la Copa del Rey ante el Celta de Vigo. El Celta de Víctor Fernández dejó a los de Rexach sin final, la única opción de título.